jueves, 25 de septiembre de 2008

La oreja de Jenkins



En 1739 Gran Bretaña entró en guerra, tras un período de paz de casi un cuarto de siglo, dando paso a otro de casi 75 años de contínuos conflictos. El comienzo de este turbulento período fue motivado por algo tan insignificante como puede ser una oreja (bueno, para el dueño de tan taurino apéndice a lo mejor no, pero como para empezar una guerra, parece que no es).
Robert Jenkins (¿?-1745) era un marino inglés, metido a contrabandista -que no pirata- en aguas caribeñas. En 1731, capitaneando el Rebecca, fue interceptado por un guardacostas español al mando del capitán Julio León Fandiño. Fandiño acusó a Jenkins de dedicarse a la piratería y éste se defendió argumentando que sus mercancias no eran robadas, que había pagado por ellas. Sin atender a estos argumentos, Fandiño ordenó confiscar la mercancía, a lo que el contrabandista trató de oponerse por la fuerza, al tiempo que reclamaba su pertenencia para el rey de Inglaterra, resultando herido por el propio capitán español, quien le cortó una oreja de un sablazo. Según las propias palabras de Jenkins, el español, al cortarle la oreja le dijo "ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve".
Cuando Jenkins regresó, presentó una reclamación ante el mismísimo Jorge II, refrendada por un documento firmado y sellado por el gobernador británico de las Indias Occidentales, donde se afirmaba la veracidad de su historia. Al principio no se le dió importancia al incidente; sin embargo, años después, en 1738, Jenkins fue llamado ante la Cámara de los Comunes, donde testificó con todo lujo de detalles, incluído el mostrar una oreja amputada, según él la suya propia disecada(1).


El primer ministro, Walpole(2), presionado por la oposición y la opinión publica, consideró que era un caso grave de ofensa al honor nacional, un claro casus belli. Se decidió entonces enviar tropas a las colonias americanas y una escuadra a Gibraltar, al mando del almirante Haddock, ante lo cual España reaccionó inmediatamente. Walpole consiguió frenar las hostilidades firmando el Convenio del Pardo (enero 1739) con España, pero el Parlamento Británico lo rechazó -apoyado decididamente por la Compañía de los Mares del Sur- , debido a las condiciones de desventaja para Inglaterra y a no estar de acuerdo en el pago de compensaciones mutuas. Por su parte, el rey de España, Felipe V, se negaba a pagar su parte de dichas compensaciones antes de que lo hiciera Inglaterra. Esto provocó que Inglaterra retirara el "Derecho de Visitación" a lo que España respondió retirando el "Derecho de Asiento"y el "Navío de Permiso"(3), confiscando todos los barcos ingleses que en ese momento estuviesen anclados en puertos españoles, tanto de la metrópoli como de las colonias. Ante este hecho, Gran Bretaña retiró a su embajador en Madrid y, en octubre, declaró oficilamente la guerra a España, guerra conocida en los anales británicos como War of Jenkins' Ear (Guerra de la Oreja de Jenkins). Esta guerra, que duraría desde 1739 a 1748, quedó englobada a partir de 1742, como una ramificación más de la Guerra de Sucesión Austriaca.

El primer incidente serio se produjo en noviembre de 1739, con la toma y destrucción de Puerto Bello -actual Portobelo, en Panamá- a cargo del almirante Edward Vermon. Este lugar era un importante centro de exportación de plata en el Virreinato de Nueva Granada y la victoria se acogió en la metrópoli como algo extraordinario, dado el poderío español. La prensa magnificó el hecho y satirizó contra dicho poderío(4).
Tras esta inesperada victoria inglesa, se planeó invadir Cuba, pero Vermon decidió entonces que era mejor atacar Cartagena de Indias, el puerto más importante del Virreinato y punto principal de partida de la Flota de Indias hacia la Península(5). La flota inglesa reunió en Jamaica (1741) el contingente mayor visto hasta entonces en hombres y barcos: 186 naves (la Armada Invencible de Felipe II tenía 126) con 2.600 piezas artilleras y más de 27.000 hombres (10.000 soldados para el desembarco, 12.600 marineros, 1.000 macheteros esclavos jamaicanos y 4.000 voluntarios de la colonia de Virginia al mando de Lawrence Washington(6)).


La defensa de la plaza estaba a cargo de Blas de Lezo, experimentado marino que había demostrado su valía en la Guerra de Sucesión Española y en bastantes acciones contra los piratas en el Caribe y Argelia, pero en inferioridad total de barcos y hombres: una flotilla de 6 naves (que, tras realizar algunas acciones, fueron hundidas a drede por Lezo en la bocana del puerto, para evitar el paso a los ingleses) y una tropa de 3.000 hombres, soldados y milicia urbana, a los que se unieron 600 arqueros indios venidos del interior.



Tras un primer desembarco, toma de bastiones aledaños a la ciudad por los ingleses y retirada de los españoles hasta la fortaleza de S. Felipe de Barajas, donde se reorganizaron, Vermon creyó la victoria prácticamente conseguida, por lo que mandó un mensaje a Jamaica asegurando que los objetivos se habían cumplido(7). Sin embargo, el posterior asalto a S. Felipe fue un desastre, convirtiéndose en una carnicería donde 6.000 ingleses perdieron la vida, mientras que los españoles sufrieron menos de 1.000 bajas en toda la campaña. Vermon se vió obligado a regresar a Jamaica, dándose el caso de tener que hundir varios barcos, vacíos a causa de las bajas. La mayor operación de la Navy se había saldado con la mayor derrota de su historia.

Monumento a Blas de Lezo en Cartagena de Indias.

Al ver que Nueva Granada no estaba tan mal defendida como se pensó en un principio, se retomó la idea de invadir Cuba. Vermón partió de Jamaica en dirección a Santiago, pero ante el informe de que una importante guarnición custodiaba la ciudad, se desvió hacia la bahía de Guantánamo, donde, al mando del general Wentworth desembarcaron 3.400 soldados, entre los que iban los supervivientes virginianos de Washington. En principio avanzaron hacia Guantánamo (ciudad) sin muchas dificultades, pero las enfermedades tropicales empezaron a diezmar a la tropa, que se vió obligada a reembarcar sin poder establecer una base desde la que dirigir posteriores operaciones. La empresa de Cuba fue abandonada definitivamente(8), aunque la flota de Vermon permaneció bloqueando el puerto de Santiago durante más de un mes.
En Norteamérica, el principal teatro de operaciones fue Georgia, gobernada entonces por Oglethorpe (ver entrada sobre Flint, 19/09/2008) quien ordenó la invasión de Florida, con el asedio al fortín de S. Agustín que resistió bien, desmoralizando a los asediantes, quienes optaron por levantar el sitio y volver a sus bases de origen. Hubo un porterior contraataque español, pero sus consecuencias fueron de escasa entidad(9).
Hubo también un intento de atacar las posesiones españolas en el pacífico, con Filipinas como principal objetivo, pero una escuadra inglesa que salió desde Bristol rumbo al cabo de Hornos, pasó por innumerables calamidades y sólo consiguió capturar un barco español(10).

Aunque la guerra llegó a un punto muerto en 1742, debido a la participación en bandos rivales en la Guerra de Sucesión Austriaca por parte de España y Gran Bretaña, no se detuvo hasta 1748, con el Tratado de Aquisgrán.
La derrota británica en esta guerra, aseguró la superioridad española en la zona del caribe y América Central hasta finales del XVIII. Probablemente, si el resultado hubiese sido otro, el mapa político de esta región sería hoy muy diferente.
Y todo por la oreja de un contrabandista, a quien, en compesación, se le dió el mando de un barco de la Compañía de Indias Occidentales, llegando a ser supervisor de la compañía y, más tarde, gobernador de la isla de Sta. Helena(1741-42). La oreja de Bob Jenkins.


Notas:

(1) El incidente solo fue una excusa para declarar la guerra, puesto que los problemas entre ambos países venían de atrás (Tratado de Utrech, Gibraltar y Menorca, piratería inglesa contra la Flota de Indias, que se remontaba a los tiempos de Drake -1585 aprox.- etc.) con roces contínuos por la hegemonía comercial en las colonias americanas. La oreja que Jenkins mostró, probablemente no le pertenecía, pues corría el rumor de que Fandiño había puesto el apéndice en la picota, a modo de advertencia para otros piratas.
(2) Robert Walpole fue elegido primer ministro en 1721, siendo rey Jorge I, quien fallece en 1727; continuó siéndolo con Jorge II hasta 1742. Pertenecía al partido whig (Partido Liberal) y había intentado evitar una guerra contra España por todos los medios, sabedor de la inferioridad británica ante tan potente enemigo. La situación con respecto a España no contentaba a la opinión pública, hostigada por la oposición torie (conservadores) y por una facción de los propios whigs, descontentos ante la política exterior de su máximo representante. Aunque el incidente había ocurrido años antes, la oposición procuró que Jenkins compareciera ante el Parlamento y presionó para que la guerra se declarase.
(3) Derecho de Visitación: en el Tratado de Sevilla (1729) entre las dos naciones, se contemplaba que Gibraltar y Mahón seguirían en manos inglesas, pero que los barcos españoles necesitados de refugio, reparaciones u otro tipo de maniobra, podían hacer uso de dichos puertos, permitiéndoseles comerciar hasta una cierta cantidad de mercancias.
Derecho de Asiento: al haber apoyado Inglaterra la causa de Felipe V en la Guerra de Sucesión Española, recibió en compensación el monopolio del comercio (asiento) en ciertos territorios de ultramar españoles.
Navío de Permiso : aceptado por el Tratado de Utrech, la corona española daba permiso a un barco, hasta un máximo de 500 toneladas, a comerciar una vez al año con las colonias españolas. Esta práctica dió lugar a un descarado extraperlo por parte de los ingleses, quienes adquirían género en alta mar a contrabandistas, corsarios y bucaneros y volvían a puerto para un intercambio ventajoso.
(4) Por esas fechas, la prensa en Inglaterra era algo incipiente y encontró en la exageración un aliado poderoso para atraer clientes. Incluso se acuñaron medallas conmemorativas. Como dato, decir que en una cena homenaje que Jorge II dió en honor a Vermon, se presentó el himno God Save the King, que hasta nuestros días sigue siendo el oficial del Reino Unido. La famosa calle londinense de Portobello Road tomó el nombre de una antigua granja, Portobello Farm, bautizada así en recuerdo de la batalla.


(5) La Flota de Indias era "el mecanismo de funcionamiento del monopolio comercial español con América y constituyó la esencia de la denominada Carrera de Indias, que englobaba todo el comercio y la navegación de España con sus colonias". (Manuel Lucena)
Desde el Descubrimiento los barcos españoles se habían visto hostigados por los piratas franceses y, sobre todo, ingleses. La idea era formar un convoy con las carracas (mercantes) y que fuese escoltado por galeones fuertemente armados. Se formaron para ello dos flotas que salían anualmente de Sevilla*, una con destino a Veracruz (Virreinato de Nueva España, hoy México) y otra a Cartagena de Indias (Colombia, Virr. de Nueva Granada) y Nombre de Dios y Puerto Bello (Panamá, Virr. del Perú hasta 1739 y, a partir de entonces, asignado a N. Granada). A la vuelta , ambas flotas se reunían en la Habana y regresaban juntas a España. La Flota portaba el Quinto Real, un impuesto del 20% de todos los metales preciosos y mercancias de particulares. Posteriores descubrimientos parecen demostrar que las cantidades de metales que muchos mercantes portaban, eran bastante mayores de las declaradas en el Archivo de Indias, intentando evitar pagar el impuesto de la mayor cantidad posible de ellas. A su vez, desde América -en especial desde Acapulco- salía otra flota con destino a Filipinas, donde se comerciaba la plata mexicana con los chinos. Esta flota fue conocida como Galeón de Manila.
* A partir de 1717, desde Cádiz, donde se tranladaron el Archivo y la Casa de Contratación.
(6) Lawrence Washington, hermanastro del que sería padre de la independencia de los Estados Unidos, George Washington. Eran hermanos de padre, el cual murió siendo George de sólo 14 años. Lawrence, el hijo mayor, asumió la figura paterna en la familia. Una finca que poseía en Virginia, fue bautizada como Mount Vermon.
(7) El informe fue reenviado a Londres, donde las celebraciones fueron aún mayores que cuando Puerto Bello, acuñándose también medallas conmemorativas, en las que aparecía Lezo arrodillado ante Vermon y la leyenda "el orgullo español humillado por Vermon". Se da la circunstancia de que Blas de Lezo en aquella época, tenía varias heridas antiguas de guerra y amputaciones (era tuerto, cojo y tenía una mano impedida; se le apodaba "El Mediohombre") pero no se divulgó nada de ello para no dar la impresión de haber derrotado a un enemigo débil.


(8) Hubo otro incidente entre el contraalmirante Knowles y una escuadra de la Flota de Indias comandada por Andrés Reggio y Benito Spínola en el canal de las Bahamas, en 1748. A pesar de la superioridad de la flota inglesa, ésta sólo produjo daños leves a los españoles, que regresaron a la Habana. Knowles mandó un informe a Londres diciendo que la Flota de Indias era vulnerable y que se disponía a atcarla. Como contestación recibió una bronca, pues España y Gran Bretaña acababan de firmar la paz.

(9) El gobernador español de Florida, Manuel de Montiano dirigió un ataque contra la isla de Saint Simons (frente a Brunswick, Georgia) defendida por dos fuertes. Los españoles se apoderaron de uno de ellos y, tras varias peripecias, Oglethorpe decidió usar un ardid: dejó que un prisionero español oyese noticias sobre un importante contingente inglés de tropas de refuerzo que venían en camino y lo dejó escapar. Montiano, al oir al prisionero -falsamente- fugado, decidió destruir el fuerte y abandonar el lugar. Esta victoria fue exagerada también en la metrópoli, diciendo que habían muerto más de 50 españoles, por lo que se bautizó el evento como Bloody Marsh. En Georgia, actualmente, se conmemora la fecha como "el día que Georgia evitó ser español".
(10) La escuadra estaba comandada por George Anson y su intención era atacar a los españoles en el Pacífico. Partió en 1740 y al llegar al cabo de Hornos, una tormenta destruyó un barco y averió seriamente a otros dos, que hubieron de retornar. En 1741, le quedaban tres naves y la tripulación inicial se veía reducida a un tercio, sobre todo a cusa de las enfermedades. No obstante, puso rumbo a Macao con intención de capturar el Galeón de Manila. Tras varios incidentes, llega a capturar al galeón Ntra. Sra. de Covadonga en 1743, volviendo a Inglaterra por el Cabo de Buena Esperanza. Tras años de navegación penosa, terminó siendo un hombre rico gracias a ese apresamiento.

3 comentarios:

El Ratón Tintero. dijo...

¡Madre mía! ¡La que se organizó por una oreja! pirata, sucedáneo de pirata o lo que fuera.
Menos mal que no le cortó la cabeza.

Si es que el inicio de esta, como de muchas guerras, suele rozar lo absurdo.

Tomás Ingelmo dijo...

Pero,¿qué has leído?¡el borrador incompleto,seguro! Cuando has conectado estaba "elaborando" el final de la entrada, con fotos y las notas;vamos, el esqueleto de la entrada es lo que habrás pillado.
De todas formas veo que has leído bastante.
Y todas,con o sin orejas, absolutamente todas las guerras son absurdas.

El Ratón Tintero. dijo...

Ahora, ahora sí lo he leído entero :-)
¡Que te pillé a medio vestir!
(ciérrate la bragueta que se te escapa Felipe):-P

Una maravilla de documentación e ilustraciones, la historia puede llegar a ser apasionante, sin dudas.
Pero a ver cuando dejas hablar de nuevo a Pata Palo, que lo echo de menos, y hay que darle trabajo a Darby McGraw.