martes, 28 de octubre de 2008

Barbarroja (4ª Parte)

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~ Crece la Amenaza~







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Después de las derrotas sufridas y de los territorios perdidos en la contínua guerra contra los turcos, el emperador Carlos estaba agontando su cupo de paciencia(1). Entonces, en 1540, contacta en secreto con Barbarroja. La idea era sobornarlo para que cambiase de bando y trabajase para los intereses españoles; al fin y al cabo sus orígenes de corsario podrían ayudar a convencerlo ya que, aunque musulmán, se le consideraba un pirata y prácticamente un mercenario del Imperio Otomano. Se le ofreció el puesto de Almirante en Jefe de la flota española en detrimento de Doria, a quien había derrotado y burlado en más de una ocasión, así como también ser el gobernador de los territorios españoles del Norte de África. A pesar de tan goloso ofrecimiento, Barbarroja no accedió a esta "petición" del Habsburgo, quien bastante encendido en su ánimo por tantas contrariedades, en 1541 reunió considerables ejército y flota, comandados por él mismo en persona, con los que atacó y sitió Argel en el mes de Octubre. Esa fue la respuesta de Carlos I ante el despecho mostrado por Barbarroja(2).Antes, en 1540 el almirante turco había derrotado a una flota española frente a Gandía (Valencia).

Muelle del Puerto-Argel

La época del año no era la más propicia para navegar y así se lo aconsejaron al emperador el almirante Andrea Doria y un ya entrado en años Hernán Cortés, llamado por Carlos I para la ocasión. A pesar de los prudentes consejos, la campaña se inició.
La plaza fue asediada por tierra y mar pero, en medio de la campaña, una violenta tormenta obligó a Doria a retirar la flota hacia mar adentro, naufragando gran parte de ella en la maniobra. Los infantes, al verse desprovistos del apoyo artillero desde el mar y ante la inposibilidad de verse relevados en la lucha por tropas de refresco, intentaron el asalto directo: nuevo fracaso. Carlos I tuvo que retirarse, sufriendo sus tropas considerables pérdidas en hombres y material, aparte de cundir una bajísima moral entre ellas, desilusionadas por tanto esfuerzo en vano(3).Este hecho de armas se conoce como Jornada de Argel y junto con la Jornada de Túnez (ver 3ª parte) son las llamadas Jornadas Africanas del Emperador Carlos(4).

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Tras dejar Argel bajo el gobierno de su ahijado, Hassan Agha, un eunuco renegado originario de Cerdeña, vuelve a Estambul, donde goza de una inmensa fortuna con la que se manda hacer un lujoso palacio y una mezquita. No obstante, este retiro sería eventual y pronto pasaría de nuevo a la acción.
En 1543 una flota compuesta por 210 naves (70 galeras, 40 galeones y 100 barcos más entre jabeques y otras menores) y una fuerza de 30.000 hombres, entre ellos 14.000 infantes turcos ,al mando de Barbarroja, cruza el Mediterráneo rumbo a Marsella, para unirse con las tropas de Francisco I de Francia y atacar conjuntamente Niza, entonces en manos de Carlos I, y arrebatarle la ciudad a los españoles(5). Antes de llegar a Francia, se "entretiene" asaltando varios puertos italianos y españoles, total, le cogían de camino.
Al cruzar el estrecho de Messina se detiene en Reggio di Calabria e insta a Diego Gaetani, gobernador de la ciudad, a que la rinda y se la entregue, a lo que Gaetani responde con un cañonazo que mata a tres marinos turcos. Mal asunto: el Gran Almirante Otomano se enfada bastante con la respuesta y sitia y toma la ciudad.


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No contento con eso y con tiempo por delante para llegar a su destino francés, se dirige a Campania y al Lazio, donde realiza algunos desembarcos. Alcanza la desembocadura del Tíber y -esta vez no era una incursión para causar el terror- amenaza con entrar en Roma e invadir el Estado Vaticano. Cuando todo parecía estar perdido para la Cristiandad, Francisco I interviene en favor del Papa y evita lo que era una invasión casi segura(6). La flota turca se retira camino a Francia, no sin antes dejar su rastro de desolación por varias islas del Mediterráneo y por asentamientos costeros de Italia y España.
En agosto de 1543 llega a Niza, la ataca por mar y tierra -con la colaboración y beneplácito de Francisco I- y termina tomándola. Una vez conquistada la ciudad, se dirige a Île Sainte-Marguerite, en Antibes, cerca de Cannes, para reparar sus naves y preparar nuevos ataques a las zonas costeras de territorios enemigos(7).

Nice -1543 (x)

Desde esta base provisional se lanza contra San Remo, con saqueo e incendio de la ciudad, y otros puertos de Liguria y del Golfo de Génova, la cercana Mónaco y La Turbie (en Monte-Carlo). Pasó el invierno con sus tropas en Tolón, aunque desde allí, eventualmente, enviaba a algunos de sus barcos a bombardear las costas españolas(8). Por fin, en 1544, Carlos I y Suleymán "El Magnífico" firman una tregua. Sin embargo, antes de regresar a Estambul, Barbarroja vuelve a bombardear algunas ciudades costeras europeas, con la escusa de que no formaban parte del Imperio Español. De todas formas, a la pesadilla del Mediterraneo no le quedaría tiempo para mucho más: el fin de sus días estaba próximo. Aunque todavía mucho tiempo después de su desaparición, el Imperio Otomano seguiría siendo la mayor amenaza a la que se enfrentaría la Europa cristiana.
En Estambul, Suleymán I esperaba a su mejor soldado y máximo hostigador de los enemigos de la Sublime Puerta(9).

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(Continuará)

Notas:

(1) Aparte del problema que representaba el Imperio Otomano, el emperador se enfretaba en Europa a las guerras contra Francia, las revueltas en Flandes, los conflictos con los reformistas luteranos y la Liga de Escamalda -Schmalkaldischer Bund, formada por príncipes luteranos dentro del Sacro Imperio Romano-Germánico con la intención de ocupar su lugar- las conquistas en América y otros conflictos internos en sus extensos territorios.

(2) Esta versión está enfocada desde fuentes históricas turcas. Sin embargo, el punto de vista del bando español, difiere de lo arriba expuesto. Veamos la otra versión:
El Papa había intentado disuadir a Carlos de la necesidad de atacar a los turcos en el centro de Europa, ya que, tras la caída de Budapest y del control otomano de las costas del este del Adriático, los teritorios del vaticano estaban muy cerca de la amenaza del infiel. Sin embargo, debido a la cercanía del norte de África, desde hacía tiempo que España sufría lasincursiones berberiscas, ahora aliados del turco, por lo que la preocupación del emperador español era doble.
Por otra parte, Andrea Doria y el Marqués de Vasto también intentaron disuadirle, considerando que el verano estaba terminando y que la época de los temporales se acercaba.Pese a todo, al haber delegado el control de Austria en manos de su hermano, el Archiduque Fernando I, Carlos tomó la decisión de atacar Argel, la antigua base de los corsarios y ahora centro de las operaciones de la Gran Flota Otomana del Mediterráneo.
Está claro que aquí no se habla nada del intento de soborno y posterior cabreo del emperador con Barbarroja.

Carlos I de España y V de Alemania, A. van Dyck-1620

(3) En el Renacimiento, la caballería fue perdiendo terreno en favor de las armas de fuego y los escuadrones de piqueros. Es cuando hacen su aparición los Lasquenetes ( de la palabra alemana Landsknecht significa "siervo de la tierra" que se transformó luego en Lanzknecht, "siervo de la la lanza") soldados mercenarios. Era un cuerpo muy efectivo en la batalla, pero al ser soldados profesionales y no, como hasta entonces era costumbre, mesnadas dependientes de los señores feudales y los nobles, las cuales eran disueltas al terminar las contiendas, la disciplina y la obediencia no eran precisamente sus cualidades, debido a su carácter levantisco y díscolo. El emperador Maximiliano I (1459-1519), abuelo de Carlos, estableció una carta de derechos y deberes, así como un código señalando los castigos a la falta de disciplina. Esta carta se firmaba a la hora del alistamiento y se le juraba fidelidad al emperador y a su causa.



Estas tropas, al ser como hemos dicho, mercenarias, componían un ejercito permanente al que había que pagar su soldada, corriendo los gastos a cargo de las arcas del estado. Cuando el dinero no llegaba, era difícil controlarlos: su fidelidad al emperador estaba comprada, no se luchaba por una cuestión de lealtad. Aparecían entonces motines, actos de rebelión y, la mayoría de las veces, el saqueo indiscriminado de los lugares conquistados. Al no haber conquista, las posibilidades de obtener botín se esfumaban con lo que comenzaba a propagarse la desobediencia y desmoralización. En 1527, estos mercenarios de Carlos I saquearon el Vaticano, hecho que el Emperador lamentó públicamente, aunque no pudo hacer nada por detenerlos en su momento.

Los desastres militares de España en Europa –que no fueron precisamente pocos–, al impedir la obtención de botines de guerra, obligaban a voltear lánguidamente la cara hacia América, reclamándose “su” aporte a las causas imperiales, máxime cuando, como en muchas ocasiones, los ejércitos del imperio reclutaban masivamente a costosos mercenarios alemanes, italianos e incluso españoles.
(Alfonso Klauer, En Las Garras del Imperio - Descubrimiento y Conquista, Tomo I, cáp. 1-"Del Nombre de los Españoles")



(4)De estas Jornadas nos hablan los historiadores de la época, en concreto, Gonzalo de Illescas narra la de Túnez y Diego de Colmenares la de Argel. Ya se habían reforzado las posesiones españolas en el norte africano, desde tiempo atrás amenazadas por los magrebíes. En el anexo de miscelánea y textos históricos que se publicará al final de esta serie, se hablará de estos dos hechos. Como dato anecdótico y al hilo de la nota anterior:

En 1535, por ejemplo, con plata mexicana, Carlos V organizó una escuadra de 42 naves en la que se transportó al norte de África a 54 000 marineros y soldados. Esta incursión –si se la compara con el costo estimado del “segundo” viaje de Colón– pudo haber costado el equivalente a más de 7 500 millones de dólares de hoy.
(A.Klauer, obra citada nota ant.)

(5) Cuatro guerras sostuvo Carlos con Francia, cómo no, por motivos dinásticos y la consecuente reclamación de territorios, entre los que se encontraban el Rosellón y la Cerdaña-parte de la herencia aragonesa de Carlos I- y el Milanesado, base del conflicto en esta ocasión. Se firmaron treguas y tratados de paz, pero todas y cada una de las veces fueron rotos por el rey francés, Francisco I, como ya había hecho en otras ocasiones y con motivo de diferentes querras contra otrosest ados. Ante las contínuas palizas que recibía por parte de Carlos, que por aquél entonces había ocupado una parte del Ducado de Provenza, decide aliarse con el Imperio Otomano en su lucha contra los españoles, hecho que produjo un gran escándalo en la Europa cristiana; un escándalo que se hizo aún mayor cuando Francisco permitió a la flota turca hacer base en los puertos franceses de la zona, como veremos.
Ya en 1539, el emperador había pronunciado un discurso en español ante el Papa Pablo III y los cardenales y embajadores extranjeros en la Sala del Consistorio del Vaticano, manifestando sus deseos de paz y denunciando la actitud desafiante del monarca francés:

... Y esto y mucho más haré por la paz de la Christiandad y por que no tenga el Rey de Francia ocasión, si por otra cosa no lo haze, de hacer concierto y ligas con el Turco y con los infieles, de lo qual ellos serian los que gozarían, si Dios por nuestros pecados nos dexase un poco olvidar. Porque bie n sabe V. Sa., y a todos es manifiesto, los conciertos y concordias que havia entre el Rey de Francia y el Turco al tiempo que pasarnos a Ungría, donde Nuestro Señor nos hizo tan señalada merced de damos tan gran vittoria, como fué, sin calçar espuela ni dar golpe de spada, hazer retirar al Turco con un tan poderoso e innumerable exército como tenía. A donde embiamos a rogar [al Rey de Francia] que nos favoreciese e ayudase en la tal empresa; y nos respondió que, por estar muy fatigado y por no poder ayudarnos, que no partía; y embiámosle a rogar de nuevo, y como nuestro embaxador le supplicó que por lo que cumplía a la Christiandad tomase él la empresa de Coron, y a esto respondió de arriva: que tan presto no se podía hazer una tal armada. Savido por Nos su voluntad, hezimos la armada por mar, que a V. Sd. y a todos es nottorio, y sabemos que el Turco, con avisos del dicho Rey, se retiró sin dar vatalla. También creo que V. Sd. savrá, y si no, sépalo, que al tiempo que quisimos partir a hazer la empresa de Túnez, le embiamos a rogar, para sólo este effeto, nos prestase sus galeras. A lo qual respondió que no lo podía hazer, por quanto Barbroja hera su amigo. Y no solamente esto mas yo propio con mis manos tomé en la Goleta estas cartas que tengo en la mano, que las embiava a Barbarroja, en una fragata, el Rey de Francia, en las quales ay palabras de tan familiar amistad, quanto en ellas podrá bien veer quien veer lo quisiere.



(6)
Aunque ya hemos visto que Francisco I se alió con el turco, quiso hacer un poco "la pelota" al Papa apuntándose un tanto a su favor al interceder ante Suleyman, buscando equilibrar la balanza, entonces de lado de Carlos.
Precisamente ambos monarcas habían firmado una tregua en Niza, bajo los auspicios del Papa, en 1540, tras el discurso citado en la nota anterior.


Francisco I y Carlos I , Niza- 1540-Fresco de Tadeo Zuccari en Villa Farnese, Caprarola (1557-60)

(7)He aquí otra muestra más de deslealtad por parte de Francisco I, quien tras haber intercedido en favor del Papa, vuelve a prestar su apoyo a Barbarroja cediéndole el derecho a anclar y refugiarse en sus puertos, lo cual no hizo sino aumentar el escándalo ya iniciado en Europa, ahora con el enemigo infiel anclado ante sus propias narices. En Toulón, la población civilfue obligada a desalojar la ciudad para que sirviese de "posada" a los turcos e incluso la iglesia de Santa María fue transformada en mezquita por los soldados otomanos. Los comerciantes de la ciudad estaban obligados a aceptar dinero turco en las trasaciones.
Tras estos incidentes y al haberse anexionado España el Ducado de Milán, Francisco I se alía también a los protestantes alemanes e invade Saboya, dando lugar a la cuarta querra contra Carlos I (1542-1544)


Osmanlı donanması Toulon limanında ("Barbarroja en Toulon")-
Matrakçı Nasuh (¿-1564)

(8)En estos ataques ataca, saquea y/o destruye Mallorca y Mahón (por segunda vez en 9 años) Denia, Jávea-cuyos habitantes, hartos de soportar los asaltos beberiscos, se adentraron 2 kilómetros en tierra y amurallaron el recinto para refugiarse hasta 1877- Gandía, Vinaroz, Badalona, Cadaqués, Rosas, Palamós...




Ataque a Mallorca

Puerto del Barrio Gótico-Barcelona

Del ataque y defensa de Palamós, en un ataque perpetrado en 1542, tenemos un relato de Pere Trijueque recreado en los hechos reales narrados por los cronistas de la época. Veamos algún fragmento:

... hoy, 18 de agosto de 1542 (...) El rey Carlos, desde las Cortes que están reunidas en Monzón, ha enviado una carta dirigida a los jurados de la villa(...) Honorables señor alcalde y jurados, señores del Consejo, el rey Carlos nos informa que, según sus agentes franceses, hay una poderosa escuadra de turcos por el Mediterráneo y nos ordena que preparemos la defensa de la villa, informándolo inmediatamente del armamento y la gente de que disponemos (...) El escuadrón al que se refería el rey, no era otro que el del almirante turco Barbarroja. Desde que el año 1535, el propio rey Carlos lo expulsara de Tunez, Barbarroja se había hecho el amo de las costas de Italia. Había saqueado sistemáticamente toda la costa italiana, desde Sicilia hasta Niza, atacando también Nápoles. Precisamente, después de sitiar y saquear Niza, se quedó allí para organizar las futuras operaciones contra las costas del sur de Francia y de Cataluña.(...)
"Suplicamos a vuestra Ilustrísima que entregue un mandato expreso a vuestros vasallos de Calonge y a otros de fuera de esta villa que, bajo pena de muerte, vengan a recogerse con sus vituallas para defenderla y evite que su Majestad haga venir gente de guerra, puesto que nosotros, teniendo la ayuda de vuestros vasallos y la artillería y el trigo recogido dentro de la villa, enviaremos a las mujeres y criaturas a la montaña y moriremos aquí como fieles vasallos, defendiéndola. Palamós, 18 de agosto del año 1542. Vuestros humildes vasallos, el alcalde y jurados de Palamós". (...)
"Señor, vuestra Majestad tiene que saber que nosotros no tenemos artillería buena. Necesitamos algunas piezas de bronce para poder resistir a los enemigos de su Majestad. De otro modo, viniendo esta armada de enemigos, no podremos resistirlos. Por eso suplicamos a vuestra Majestad que, por la vía que le plazca, en nombre de esta Universidad, nos procure cuatro piezas, las que aquí han descargado las galeras del príncipe Doria para traerlas a la frontera de Perpiñán". (...)
Muchos huyeron, junto con todo lo que podían llevar consigo, hacia Vall-llobrega, Calonge, Palafrugell, Bisbal o más lejos, buscando refugio. Por otra parte, también salieron correos hacia Sant Feliu de Gixols para avisarlos de las escalofriantes noticias (...)¡¡ Alarma... Alarma... Alarma... los turcos!!..., gritaban algunos vecinos, bajando por la calle de los Molinos dirección a la plaza de la Villa (...) Habían instalado media docena de bombardas, desde el portal del Mar hasta la Caleta. Creían, en un intento desesperado, poder impedir que las naves entraran al puerto. Cada pieza estaba provista de suficiente pólvora y pelotas de hierro, que algunos vecinos habian comprado hacía tiempo en Girona por encargo de los jurados (...)
Palamós era una gran hoguera, muchas casas estaban ardiendo, pero los defensores todavía se mantenían en su sitio. Las pocas bombardas de que disponían habían tocado dos galeras, pero sólo les quedaba una en activo, cerca de la plaza de els Miradors, justo al lado el Palacio, que ya estaba medio en ruinas. Las otras estaban destruidas. En el muelle había dos barcos anclados: una galera del emperador Carlos y una nave grande del cura Perot de Calella, aparte de unos pocos laúdes escacharrados. Pero los disparos de los turcos iban dirigidos todos contra los muros de la villa. Debían pensar que las naves ancladas les serian de utilidad para la carga del botín que pensaban conseguir.
Los de Palafrugell entraban por el portal de la Bassa cuando los turcos ya habian desembarcado y estaban luchando contra los poco más de veinticinco defensores que quedaban vivos¡¡ A las armas... A las armas... !!, gritaban mientras subían por la calle Mayor
(...) Los turcos, comandados por el lugarteniente de Barbarroja, entraron por diferentes sitios a la villa de Palamós. Un numeroso grupo fue a la capilla de Nuestra Señora de Gracia, encima de la Punta, y tras bajar las campanas, destrozaron todos los altares y retablos, registrándolo todo en busca de objetos de valor.Otro grupo mucho más numeroso, al frente del cual estaba el comandante, entró dentro de la iglesia de Santa Maria. No les fue muy difícil encontrar el archivo, bajo el campanario, que era donde se reunía el Consejo de la villa, así como también encontraron toda la documentación de los presbíteros. Pero lo que no encontraron fueron los objetos de plata y oro que estaban muy lejos de ahí, gracias a la precaución de los jurados.Rojos de ira y en el nombre de Alí, los turcos destrozaron los libro de condes, pergaminos y toda la documentación, lanzándola al mar. Quemaron todos los retablos y altares, decapitaron un crucifijo de madera que estaba en la segunda capilla de la izquierda y después le prendieron fuego por los pies. Bajaron las campanas y rompieron todo lo que quisieron.

Unos pocos laúdes habían desembarcado junto la Caleta y los turcos entraron por el Mal Pas, cerrando el paso a un pequeño grupo de defensores en retirada, a los cuales tomaron y llevaron hasta la Plaza.Al oscurecer todo Palamós era una hoguera. Todas las casas habían sido abiertas y saqueadas.En la plaza se estaba celebrando un rito salvaje. Uno a uno, los pocos defensores que habían capturado vivos, eran torturados y quemados: Pere Roig, Jeroni Solís, Joan Serra, Antoni Bofill y otros de Palafrugell y Mont-ras. Al cura Joan Andreu, presbítero de Palafrugell, lo tenían atado a un palo y le habían clavado muchas flechas; después lo decapitaron, le abrieron la barriga y le arrancaron el corazón (...) Desde lo alto del monte de la Roca, sobre la masía Gorgoll, los ojos todavía rojos y llorosos de los pocos defensores que pudieron huir vigilaban todos los movimientos de los turcos, sin atreverse a pronunciar palabra. El recuerdo de lo vivido la tarde del sábado era demasiado reciente y no tenían deseo ni de comer (...) A lo largo del lunes los turcos recogieron todo lo de valor que todavía había en la villa y al oscurecer desplegaron las velas de sus naves, dirigiendo el escuadrón hacia el sudoeste. Antes, pero, lanzaron al mar aquel crucifijo decapitado que, por más fuego que le prendieron, les fue imposible de quemar.

.(Hechos, enredos, luchas y otros quebraderos de cabeza de un lugar llamado Palamós -1995)

(9) En estos capítulos ha aparecido varias veces la expresión "Sublime Puerta" para referirnos al Imperio Otomano. El nombre proviene de la propia puerta de entrada a las dependencias del gobierno y del Gran Visir en Estambul (Bab i Ali), situado cerca del palacio de Topkapi, sede del Sultán. En este lugar se oficiaban las ceremonas de bienvenida a los embajadores extranjeros, por lo que el término se aplicaba sobre todo al cuerpo diplomático del Imperio Otomano. Sin embargo, el nombre terminó significando el Imperio en sí.
La antigua puerta quedó dañada en un terremoto y fue sustituída por otra de estilo rococó, que es la que puede verse en la actualidad.











(x) Imágenes publicadas por cortesía de Muhteşem Denizcilik Tarihimiz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mi capitan soy su grumete le esta queando mu wapo er blog ¿encontro ya las sirenas o todavia esta en vusca del tesoro? espero ke la vusqueda se le aga amena




er grumete jerezano

Tomás Ingelmo dijo...

Pues para ser mi grumete tiene ud. muchas faltas de ortografía ¿o lo hace queriendo?
Venga, a baldear la cubierta !