domingo, 8 de marzo de 2009

Cementerio de Cuadernos de Bitácora

Las corrientes nos han traído a las costas de Hispaniola, frente a Tortuga, desde aquí puede divisarse su silueta. Por fortuna no hemos sido avistados y nadie sabe de nuestra llegada, así que esperaremos a la noche para acercarnos, hay luna llena y no será difícil atracar en alguna cala lejos de la vista de todos; necesito pescar a esos malnacidos por sorpresa, pues estarán convencidos de que el mar habrá dado buena cuenta del lechuguino y yo. Craso error que pagarán caro. Espero que no hayan vendido mi barco, nadie se atrevería a comprarlo sabiendo su procedencia...aunque si han divulgado mi muerte, es posible que alguien se atreva a adquirirlo, muchos querrían poseerlo ¡el mejor barco que jamás surcó el Océano!
Al llegar aquí hemos encontrado algunas cajas en la arena de la playa, restos de algún naufragio, ninguna con comida; ropa y trastos inútiles. Pero entre ellas, una que contenía papeles y a la que una ola estrelló contra una roca, rompiéndose y dejando la orilla llena de ellos al retroceder. El lechuguino ha salido corriendo, antes de que el oleaje volviera hasta ese punto, y ha rescatado muchos que, aunque algo mojados, aún pueden leerse en gran parte. Otros han sido arrastrados por la marea mar adentro y se perderán irremisiblemente para siempre.
Cuando nos hemos sentado a ojear los legajos rescatados, han resultado ser cuadernos de bitácora. Proceden de los barcos más diversos, al parecer hundidos, abandonados o varados indefinidamente y -jugarretas del destino- el buque que los trasportaba ha terminado hundiéndose.


La playa era un cementerio de cuadernos de bitácora, historias de zozobras y naufragios que han terminado borradas por el mismo mar que hizo sucumbir a sus protagonistas...
...¡Lechuguino! ¿estás tomando nota? Ya llevabas días sin escribir nada, pero en cuanto demos con esa canalla vas a tener trabajo, ya lo creo ¡por los dientes de todas las orcas! ¡necesitarás papel y tinta en abundancia para contar lo que voy a hacerles uno a uno a ese hatajo de escolopendras despreciables!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que he visto muchos blogs abandonados.


Fat Frank

Jaime Garcigonzález dijo...

Ya empiezan a resucitar.
Por cierto, díles a esos pequeños gaznápiros que lo siento y ¡que se cambien de equipo!Teach your children well, cohone!