jueves, 27 de noviembre de 2008

Nos Vamos de Aquí

Ya está decidido: zarparemos mañana al amanecer, con la bajamar. Los vientos son propicios y levaremos anclas rumbo a Tortuga, donde algunos de mis hombres quieren quedarse, adquirir algún barco y seguir tentando a la suerte: no sabrían vivir de otro modo. Por mi parte no estoy seguro dónde iré, mi cabeza tiene precio puesto en casi todos los puertos de ambas orillas del Atlántico y en otros muchos de casi todos los mares conocidos. He pensado seguir hacia el norte, quizás a Terranova o a Savannah, allí no me buscarán ni me perseguirán, aunque creo que no tardarán mucho en hacerlo pues antes de refugiarnos en esta isla ya había rumores de que su graciosa majestad quiere dejar descansar su corona sobre esas tierras antes de que lo hagan españoles o franceses. También he pensado que hace mucho que dejé mi país y que después de tanto tiempo, no me reconocerán, pero es demasiado arriesgado.
Vaya donde vaya, tengo que zarpar con mi tripulación, ellos nunca me abandonarían: seré su capitán en esta que será nuestra última singladura juntos.
Estoy echando un vistazo a todo este cuchitril que me ha servido de habitación y hay cosas que se quedarán aquí, no quiero cargar con trastos innecesarios ni arrastrar con más objetos inútiles que lo único que conseguirán es avivar mis recuerdos, haciendo más dificil el sosiego de mi espíritu y la claridad de mis decisiones. Pequeños objetos, cada uno con su pequeña historia, su íntima tragedia, mis idas y venidas sin sentido a lo largo de todos estos años de abordajes y saqueos a buques y puertos; contínuas arribadas a playas solitarias de blanca y fina arena, contínuas singladuras esquivando arrecifes, escollos y bajos arenosos, enderanzando rumbos contra la fuerza de las galernas, huracanes y corrientes; manteniendo alta la moral de mi tripulación enmedio de la desesperante calma chicha ...
Aquí, como en otros lugares en los que me detuve alguna vez, dejaré un trocito de mi anónima historia personal, objetos sin más valor que el haber pasado junto a mí un período de mi vida, cobrándola así ellos a su vez.
¡Maldito lechuguino! ¿estás escribiendo o has vuelto a emborracharte ? Desde que le tomaste gusto al aguardiente, me la has jugado dos o tes veces escribiendo cosas que no te dije ¡por todos los vikingos de Groenlandia!¿para qué se me ocurrió obligarte a beber? Si no te he hecho hervir en ron es porque debemos racionarlo para el viaje de vuelta... y porque en el fondo me caes bien ¡trae la botella, Darby McGraw, que te la vas a fulminar tu sólo !

P.S.
Hoy mi canción es el sonido de las olas.





1 comentario:

El Ratón Tintero. dijo...

¡Qué te vas tú ni te vas tú!!!
Tú de aquí no te mueves.
Y si te vas, es con la condición que allí haya conexión a Internet :-P